Yesterday, love was such an easy game to play.. ~ #Elie

- ¡Ese enano feo y pobre hace algo bien! –mi madre grita con alegría al verme. Cierro mis ojos unos segundos. No debo decirle nada. Paciencia Julie. Sonrió y asiento.

-Es el mejor… -susurro. Lo es, realmente lo es, al menos para mí. Violette frunce el ceño.

-No, tampoco es para tanto, es bueno.. -.

-Sí, es para tanto, me gusta, lo adoro.. –sonrío levemente. Me refería a él, y al vestido. Ella asiente y suspira. Me niego que me maquillen, lo hago yo misma, mi madre parece una puerta de la pintura que tiene, el que la conoce sabe cómo es realmente, ocultó todas las imperfecciones, por mínimas que sean. Yo, por mi parte, oculté las más visibles.

Obtuve una mirada desaprobadora de mi progenitora por eso.

Me coloqué mis tacones y ya me entró la ansiedad. Quería a Ewan, quería verlo. Faltaba una hora que empiece todo. Maté el tiempo ayudando a las sirvientas a acomodar todo, eso sí, dejaba de hacerlo cuando escuchaba los pasos de la dueña de casa. No quería causarle más disgustos. Ella no sabe que mi chico está por venir y eso me pone los nervios de punta.

Tendría que estar en el distrito, ¿cierto? Respiro profundamente, enamorada. Quería abrazarlo, besarlo, adorarlo, agradecerle por el vestido, por quererme. Por todo. Quería que empezara la fiesta poder llevarlo al jardín y demostrarle cuánto lo extrañé.

Contemplo la casa, está más que limpia, cada mesa con su respectivo mantel y bocadillos por doquier. Copas y botellas de lo que parecía ser la bebida tan querida por los ricos, esa que te hace vomitar lo que comes. No debo decirlo pero en la semana mi madre me obligó a saltear la cena para que adelgazara. Y, por mi parte, luego de cada almuerzo bebía un poco este líquido a escondidas y eliminaba los alimentos consumidos. Quería que mi madre estuviera bien conmigo hoy. Sé que si no lo hubiera hecho me estaría persiguiendo, criticándome y comparándome a más no poder, no lo soportaría.

El resultado de esto: Creo que baje tres kilos y medio o cuatro y Violette está satisfecha.


Estaba impacientemente esperando. Muchos invitados ya estaban en casa pero aún no había un comienzo oficial de la fiesta, este es el momento en donde todos de reencuentras y chusmean a más no poder. Saludaba a todo el mundo cordialmente y manteníamos una pequeña conversación pero estaba en otro lado, mi cabeza y todo yo. Esperaba que lo dejen entrar.. Yo había colocado su nombre en la lista pero uno nunca sabe, estaba más que nerviosa. Quería verlo. Me acerqué disimuladamente a la puerta y observé, no estaba.

Más invitados pasaron a saludarme, preguntándome cómo estaba y demás. No me interesan sus vidas, quiero estar con mi "novio" desde ahora hasta que esta fiestita tonta de todos los años termine.

Mi padre va a golpearme si no dejo de moverme de un lado al otro, intenta enseñarme a atar la corbata pero prácticamente no puedo, mis manos están temblando demasiado. Eso era lo único que me faltaba para poder irme, ya me había puesto la camisa y el traje y Dios, tenía la garganta tan apretada que no podía respirar. Después de varios intentos mi padre me sonríe y me veo en el espejo, el nudo ya estaba aceptable y no reconozco a la persona que se refleja. Mi hermana me mira sentada en la mesa, parece mucho más nerviosa que yo. Me arreglo el pelo, aunque no había mucho que arreglar.

Papá sale de la habitación y escucho los susurros de mi hermana: -¿De dónde sacaste el traje?- pregunta.

-Lo robé de la caja de trajes que nos llegan del capitolio- susurro igual que ella, porque aunque mi padre tenga la sospecha, no me ha preguntado de donde saqué la ropa. -¿Qué dices? ¿Parezco alguien que nunca haya pisado el Distrito 8?-

-Así estás perfecto- me sonríe –Deberías ponerte anteojos de sol-.

Frunzo el ceño –Pero no va haber sol-.

-No, no es por eso. Es para que no te reconozca nadie, va haber mucha gente así, no te preocupes, una vez adentro te los puedes quitar.- me explica y asiento, dudando, de todas formas no me iba a hacer mal pasar desapercibido.

Minutos después, luego de despedirme de ellos, salgo casi corriendo hasta el tren que me llevaba al Distrito. No quería que nadie me reconozca, porque seguramente empezarían a correr rumores de que estaba haciendo algo raro, como que era narcotraficante o algo así. El tren iba más rápido de lo que quisiera, y en 20 minutos ya estaba allí, con la hora justa y el papel con la dirección pesándome en el bolsillo. Intente guiarme lo mejor que pude y cuando distinguí a varias personas esperando para entrar a la “casa”, experimenté lo que es tener miedo de verdad. Me puse los anteojos, no quería que me vean a los ojos, me intimidaba, por suerte nadie me veía más de dos segundos. Junté mis manos en mi espalda en el momento que preguntaron por mi nombre, dudo un par de segundos, no había pensado en esto, finalmente digo mi nombre de forma desinteresada, odiando por primera vez que mi apellido suene a comida.

La voz me sale un poco más grave de lo común, pero está bien porque por suerte no se me marcó el típico acento de mi Distrito. El hombre ni siquiera me mira a la cara cuando me deja pasar, no tiemblo, ni siquiera respiro, el aire vuelve a mis pulmones una vez adentro y doy un vistazo rápido a todo, seguramente debería tener la boca abierta porque el lugar es genial, pero mi cara está neutral, sin ningún gesto. Mi cerebro pide que salga corriendo. Doy unos pasos más y busco con la mirada a Julie, no podía estar ni dos segundos más solo en este lugar.

- Mi niña.. -sonreí y abracé a mi abuela al verla. Era la persona más tierna que conocí. Obviamente era la madre de mi papá.- ¿Cómo estás? -. -Muy bien. ¿vos? Estás bellísima.. -acaricié sus manos, era una mujer completamente hermosa, a pesar de su edad, tiene el mismo color de mis ojos.- Bien corazón.. -acaricia mi mejilla. Pude reconocer a Ewan entre los invitados. Mi corazón se aceleró, parpadeé varias veces.- Estás muy hermosa.. ¿Quién te hizo este vestido? -preguntó sin dejar de admirar el gran trabajo.- Ewan.. Ewan Browning.. El chico de siempre -sonreí tontamente, tratando de ocultar un pequeño rubor mientras acariciaba la tela.
 
- ¿Practicaste todo lo que estuvimos haciendo los últimos días? -preguntó cambiando por completo de tema, ella me había enseñado en estos días a coser y cocinar algunas cosas. Quería ser mejor, no ser dependiente de nadie, quería aprender. Quería ser mejor por mí y tal vez por él, no quería ser más una inútil. Asentí con una sonrisa, mirando detrás de mi abuela a Ewan. Estaba hermoso.- Sí, si.. Todo.. -ella alza una ceja.- ¿Sabes? Yo a tu edad también me emocionaba así cada vez que iba a ver a tu abuelo.. -me mordí levemente el labio, estaba dando pequeños saltitos, estaba más que impaciente. Ella sabía que había un chico, se lo dije, pero no le dije el nombre. Tenía un problema ahora ¿Cómo podría dejarla sin faltarle el respeto y sin salir corriendo a abrazarlo y llenarlo de besos? No podía dejar de mirar en su dirección, iba a morir.- Era tan lindo, tan bello, el amor es lo más bello que existe pequeña, no pierdas oportunidades nunca.. -volví a asentir. Sé que ella no me juzgaría tanto como los demás si supiera que mi amor es por un chico del ocho.- Ve, yo voy a ir a hablar con tu padre.. -me abrazó y me dio el paso libre. La amaba, en serio lo hacía.
 
 
Caminé tratando de contener toda la emoción, esperaba que él ya me haya visto. Sonreía cada vez más y más mientras me acercaba a él.- Hola.. -susurré y le di un beso en la comisura de sus labios.- ¿Cómo estás? Que bueno que hayas podido llegar bien y entero.. -tomé su mano y lo conduje a un sector en donde había menos gente, lejos de la vista de mi madre, y lo abracé fuertemente, rodeando su cuello y acariciando un poco su cabello.

Me muerdo el labio y la sigo buscando, sin saber que hacer exactamente. Escucho mi nombre en una de las tantas conversaciones y me doy la vuelta, y ahí está, hablando con una señora, y lleva el vestido que se llevó el otro día y está realmente hermosa. Quiero acercarme, pero no está bien escuchar la conversación así que me quedo en donde estoy parado esperando.

No le quito la mirada de encima y parecen horas las que pasan hablando. Eso me ponía más nervioso, solo faltaba que aparezca la madre, me vea y venga a hablarme. Se abrazan y segundos después ella se está acercando. Me guardo los anteojos y le sonrío –Hola- murmuro y me da un beso, quiero mover mis labios para besarla pero me contengo, no puedo hacerlo frente toda esta gente. –Estoy bien, aunque cada vez que paraba el tren en un Distrito diferente sentía que me iba a desmayar- bromeo.

Nos movemos de lugar y le correspondo el abrazo, pasando mis brazos por su cintura. -¿Y vos cómo estás?- pregunto y le acaricio levemente la mejilla, sonriéndole otra vez –Estás hermosa…- la miro nuevamente y no puedo creer que el vestido lo haya hecho yo, se ve tan bien en ella que no parece ser lo que me dejó despierto tantas horas a la noche para terminar de trabajar.

Nos mirábamos fijamente, todo el tiempo, era algo increíble que hacía que esté nerviosa y que mi corazón se acelere. Mi abuela no es ninguna tonta, supone que él estaría aquí, por la manera que lo miro hacia otro lado, sabiendo que odio estas fiestas.

Acaricié su mejilla mientras me respondía. No podía dejar de sonreír, ni de mirar sus ojos, es una persona tan perfecta, me encanta él, necesitaba verlo ya.- Ahora entiendes lo que siento cada vez que voy a verte.. Es eteeeeerno.. -me río un poco. Me corresponde al abrazo y espero que no note todo lo que he bajado de peso, trato de no tensarme por eso, no sería algo muy agradable de discutir en medio de la fiesta.

- Estoy bien.. Ahora mucho mejor.. -le sonrío de vuelta. Siento un leve cosquilleo cuando me toca. Muerdo levemente mi labio y acaricio un poco su pelo.- Estás más hermoso que yo.. -respondo. Miro a mi alrededor, asegurándome que las personas que están ahí no están prestándonos atención y que mi madre no está por aquí. Acaricio un poco más su pelo y lo beso dulcemente.- Te extrañé mucho.. -

Estoy sorprendido de que no estoy temblando, estoy muriendo de nervios aunque ya estoy dentro del lugar y ya estoy con ella. Es todo tan extraño, nunca me imaginé en una situación así, es todo tan distinto a mi Distrito que me asusta. Me acaricia el pelo y siento que me tranquilizo –No, estás preciosa, en serio- creo que tiene algo diferente, pero no noto que es ¿Había bajado de peso, quizá? No lo sé. Pero no le presto mucha atención al tema.

Le correspondo el beso y sonrío a la vez. Dejo las dos manos en sus mejillas y la atraigo más a mí –Yo también te extrañé mucho- murmuro, separándome un poco, con los ojos aun cerrados –No pude dejar de pensar en ti, dime que no fui el único al que le pasó eso- la vuelvo a besar y luego me fijo que nadie nos esté viendo. –Está todo el lugar muy lindo… ¿Les lleva mucho tiempo preparar todo esto, no?- pregunto un poco sorprendido, recién ahora mirando el decorado, la mesa y todas las personas hablando y caminando por la habitación.

Siento que muero de ternura y vergüenza al escucharlo. Le gusto, por más que haga lo que sea con mi cuerpo, le gustó yo o no presta atención a los detalles o los ignora o no le interesa. Siento que voy a desvanecerme en cualquier momento, tenerlo así de cerca.. Es magnífico. Había contado los día, esperándolo con muchas ansias. Esto era más que perfecto para mí. Me derretí por completo antes de corresponderle al beso. Rodeo su cuello y me pego a él aún más. Olvidándome de todo lo que hay a mi alrededor.

Me encojo de hombros ante su pregunta.- No.. Igual, mucha gente estuvo arreglando todo, no sé de dónde salieron tantos.. -miro a mi alrededor.- Mi mamá dice que hay muchos pobres que vienen al Distrito en esta época del año para sacar mucho dinero fácilmente, entonces dice que es como si estuviéramos dando limosnas o algo así, no me acuerdo bien.. -comentó despreocupadamente mirando la mesa de postres. La deseo desde el primer momento, todo lo que tiene servido. Parpadeo varias veces antes de pensar con coherencia. Mi mano fue a mi boca rápidamente.- No.. No quise.. No quiero ofender.. Es la verdad.. No.. No lo es pero.. Ay.. No sé.. Perdón Ewi.. -acaricié sus mejillas y pelo. Estaba muy preocupada, no quería que se enojara conmigo, menos hoy, y mucho menos por algo como esto.

Segundos después localicé a mi madre ingresando a esta parte de la casa. Abrí mis ojos a más no poder. Casi entro en pánico- Nos tenemos que ir.. -susurré, tomé su mano sin esperar su respuesta y lo llevé hacia la zona contraria en donde estaba ella. Si lo veía, sabría quién es. Me mataría.- ¿Te.. Te gustaría ir a mi cuarto? -pregunté completamente nerviosa. Mirando hacia todos lados.- No me extrañarán.. -agregué.- Es para que no tengamos que huir de mi madre cada cinco minutos.. -.

De a poco voy frunciendo cada vez más el ceño, en especial al escuchar la palabra “pobre”. Claramente yo estoy en esa categoría y no entiendo que hago aquí, debería estar en mi casa, cenando para ir a dormir y mañana trabajar y estudiar. Ni siquiera le sigo prestando atención, dejo de escuchar totalmente cuando dice “limosnas”. Trato de contener todo lo que siento, no quiero estar pensando que pasar tiempo con ella es una pérdida de tiempo. Sé desde el primer momento que ella fue criada de distinta manera y además, ya estoy acostumbrado a escuchar esas cosas de la gente ¿Por qué ahora duele tanto?  

La miro dándome cuenta que está intentando disculparse, me acaricia las mejillas y el pelo e intenta usar el apodo “Ewi” para tranquilizarme y lo único que hago es hervir completamente por dentro. Mierda, la quiero y quiero intentar algo con ella ¿Por qué me enojo tanto? Ni siquiera tengo tiempo de responderle un “No pasa nada, entiendo” porque parece asustada. Me arrastra a la zona contraria y giro la cabeza para ver que había. Era su madre, y me giro nuevamente antes de que llegue a verme. Casi salgo corriendo detrás de Julie, no podía darme tanto miedo una mujer, pero lo hacía.

-Sí, me gustaría- mi mente me estaba fallando y empezaba a imaginar las miles de formas que tendrían para matarme, algo que claramente no pensé antes de subirme al tren. Empiezo a reír de la nada, aunque nada me daba risa, intento no sonar muy alto. –Vamos antes de que me corten la cabeza- Ni se me pasa por la cabeza la idea de que podríamos hacer en su cuarto, simplemente estoy nervioso y entrando en pánico por una tontería ¿Por qué es una tontería, no? ¿¡NO!? –Oh Dios mío dime que en tu familia no tienen una de esas historias que sus integrantes mujeres son brujas que matan a las parejas de sus hijos- intento bromear.

Estaba tan arrepentida. No sabía lo que decía. Estas cosas pasan por ser tan distraída y por querer comer esa torta de chocolate y crema que hace que se me haga agua la boca. Estaba tan mal, seguro lo lastimé con semejantes insultos, que en realidad son de mi madre. No me dice nada y su ceño fruncido me preocupan aún más. La había cagado en serio. Y solo por pensar en comida antes que ne lo que decía. Menos mal que apareció mi madre porque sino tendríamos una gran pelea, o tal vez no, pero sí una gran tristeza, ambos. Una gran desilusión. Y eso haría que ya ni quiera estar en la fiesta.

Ya casi estaba subiendo las escaleras para cuando me respondió. Le sonreí y di una última mirada a mi alrededor. Comenzamos a dirigirnos a la planta de arriba, rápidamente frunzo el ceño.- ¡No puedo creer que esos rumores hayan llegado a tu Distrito! ¡Es mentira! ¡Es una tontería! O sea, sé que la tatarabuela de mi abuela era considerada bruja y que la mataron por eso.. -niego con la cabeza cuando llegamos al pasillo.- Pero son todos rumores.. Nada es cierto Ewi, no te preocupes.. -le sonrío, tratando de 'calmarlo'. Todo el mundo siempre creyó esa estúpida historia que supongo que alguien de la familia habrá inventado, pero no es nada gracioso porque tanto a mi mamá como a mi abuela las consideran brujas, solo por ser malas con las personas.

Abro la puerta de mi habitación, lo hago pasar y no me olvido de cerrar con llave, si mi madre no me encuentra y me viene a buscar por lo menos se va a poder esconder. Rodeo su cuello y lo beso tan intensamente como quería haberlo hecho allá abajo. Me había controlado bastante tiempo.- ¿Te había dicho que te extrañé mucho Ewi? -susurré en sus labios. Le di un corto beso.- Ponte cómodo, es como tu casa.. -suspiré, odiándome otra vez.- Perdón, no pienso hoy.. -tragué, sentía que mi estómago me pedía algo de comida.- Sé que es muy diferente pero quiero que te sientas como si estuvieras en tu casa.. -susurro y me recuesto en mi cama, estaba agotada, y seguía mal por no poder pensar antes de decir.

Subimos las escaleras y me agarro del barandal con fuerza ¿¡Que dijo!? Palidezco y voy a caerme en cualquier momento. Miro hacia atrás para ver si alguna bruja, digo algún familiar de Julie nos está viendo. –Claro, sabía que era un rumor, no soy supersticioso ni nada…- miento, lo había dicho todo en broma y ahora resulta que existen rumores sobre eso, ojala mi madre me esté esperando en el cielo. ¿Si les tiro agua se quemaran? No, ellas tienen buen olor, tienen que bañarse con agua. ¿Y si se bañan en sangre como Erzsébet Báthory? No, esa era vampiro ¿¡En que mierda estoy pensando!?

Olvido todo eso cuando ya estoy dentro de su habitación y escucho el sonido de la llave. Frunzo el ceño, todo el cuarto es grande… y limpio… No es que no me lo haya imaginado, pero estoy tan acostumbrado a mi casa, mi cuarto, pequeño y más desordenado que mi mente ahora mismo. Le correspondo el beso al instante, apoyando mis manos en su cintura y acercándola más a mí. –Mmm… no, no me lo dijiste- susurro –Estaba empezando a creer que no me habías extrañado- bromeo. Vuelvo a fruncir el ceño y suspiro, estaba tratando de acostumbrarme, pero ese tipo de comentarios estaban haciendo que me eche para atrás. La miro de arriba abajo, claramente tiene algo extraño -¿Te sientes bien?- pregunto, preocupado.

La veo recostarse y me doy cuenta que está pálida. Tal vez sea el maquillaje, no lo sé ¿Está más delgada? Si, está más flaca desde la última vez que la vi… No, no quiero sacar ninguna conclusión -¿Quién era la señora con la que estabas hablando antes? Parece…- ¿Cuál sería la palabra correcta? -… ¿buena?- frunzo los labios y me encojo de hombros haciéndole entender que ni yo sé que estoy diciendo.

Sentir sus labios. Eso era lo que necesitaba, sentirlo cerca, sin tener que pensar en nada más que en nosotros, no en si nos ven o algo. Siento un leve cosquilleo que me recorre el cuerpo cuando coloca sus manos en mi cintura, acaricio un poco su pelo. Río levemente al oírlo. No extrañarlo es como no.. vivir, no lo sé.- ¿No? Se me paso tal vez.. -Odio que estemos tan lejos, odio las distancias, odio extrañarlo tanto como lo extraño cada día. No creo que necesite repetírselo cada vez que lo vea, pero sé que lo haré de todas formas, lo tomo como una manera para decir te quiero y me importas, y te quería a mi lado todos estos días.

Me estaba mareando. Lo cual significaba que debía comer. Sabía que si comía y me veía mamá tendría que ir a vomitarlo y prefiero evitar la situación. Estoy nerviosa, no le respondo rápidamente. Cierro mis ojos unos segundos luego de recostarme, tratando de hacer que mi estómago se deje de quejar.- Estoy bien, no te preocupes.. Solo tengo un poco de hambre, nada importante.. -susurré y le sonreí. Él no debe saber la realidad del asunto, de todo lo que hay por detrás. Volví a cerrar mis ojos.- Tengo ganas de comer esa lasagña y un pedazo de esa torta de chocolate con dulce de leche y galletitas de chololate.. -agregué. Se me hacía agua la boca. Basta Julie, no pienses en comida, es peor. Y sí, tenía razón.

Me reí un poco fuerte al escucharlo.- Ven.. -le señale el lugar que estaba a mi lado.- Ella es mi abuela paterna.. Es.. La persona más divina que existe en la tierra, es más que buena, te lo aseguro.. -suspiré y lo miré a los ojos.- Ella.. Sabe que existes.. -tomé su mano.- No sabe casi nada solo que me gustas mucho y ella quiere que te impresione y cosas así -me encogí de hombros con el ceño un poco fruncido y sonriéndole a la vez.- Te la presento después si quieres.. -un silencio nos invadió. Tenía que romperlo, como fuera. Parpadeé varias veces, ignorando los gritos de mi cuerpo por un alimento.- ¿Cómo está tu hermana? -Eso fue lo que mejor se me había ocurrido, sé que puede funcionar pero... No. La hermana me odia, ¿para que hablar de ella? Tal vez, no lo sé, se pueda dejar de sentir incómodo a mi lado si hablamos de cosas 'normales', cosas que no toquen ningún tema que nos alteren a ambos.

Dudo un poco en lo que dice pero asiento, para que no sospeche que no le creo. Me siento en la cama y la miro unos segundos. –Podemos… no sé… bajar como ninjas, buscar un poco de comida y volver- bromeo y me encojo de hombros. Me muerdo los labios y me rio –Hasta a mí me da hambre si lo decís así- finalmente me recuesto junto a ella, con las manos en el estómago y miro al el techo. Es inevitable también pensar en comida, no había pasado desapercibido la mesa de abajo. Probablemente la mayoría de las cosas nunca las probé, y no las probaría en mi distrito. No es que mi familia esté en una tan mala posición. Mi padre trabaja más de lo que debería y mi hermana y yo hacemos lo nuestro. Mi hermano mayor también trabaja más de lo que debería, pero lo hace para su familia aparte, por lo que no nos ayuda. A comparación de la familia de Julie, nosotros somos unos muertos de hambre. Me estoy tentando en mandar todo a la mierda y bajar para comer, pero no quiero que me vea así. No quiero que sepa que soy una persona que algunos días no tiene para comer. No debería, pero realmente me da vergüenza.

Le sonrío al escuchar sobre su abuela, miro nuestras manos y asiento, me gustaría conocer a algún familiar de ella sin tener una mirada de desaprobación. –No necesitas impresionarme- ya lo hiciste, pienso, pero no es necesario que lo diga, no por ahora. Vuelvo a sonreír tiernamente cuando nombra a mi hermana, es una reacción tonta que tengo –Creo que ella estaba más nerviosa que yo hoy- vuelvo a mirar al techo –Le tuve que pedir ayuda con la ropa, no sabía bien que ponerme y cómo comportarme, y ya sabes, ella es súper diva y sabe bastante de moda- me rio imaginándome que me mataría si supiera que estoy hablando sobre ella. –Es irónico, porque trabajo haciendo y diseñando ropa, pero en el momento de aplicarlo en mi… no puedo- frunzo el ceño. –Dios mío, que trabajo más gay que tengo- murmuro y vuelvo a reír. Me muevo para recostarme ahora mirando a ella y le acaricio la mano -¿No te llevaste una buena impresión de mi hermana la otra vez, no?- vuelvo a murmurar. Tenía que arreglarlo, si esto llegaba a ir más allá necesitaba que por lo menos ellas dos se llevaran bien.

Sonrío ante la idea que tiene. No es mala. Ojalá pudiéramos hacer eso, me vendría muy bien poder comer correctamente después de tantos días. Es más, creo que ya hubiera ido a buscar esa comida tan rica si no fuera porque no sería lindo demostrarle a Ewan que tengo más hambre que las personas del Distrito 12. Esto es tan frustrante, como desearía vivir en su Distrito, todo esto no pasaría, yo no comería del todo bien pero no porque no quiera, sino porque no podría costearlo. Ladeo levemente mi cabeza cuando se recuesta y veo su hermoso perfil, siento un hormigueo por todo el cuerpo y sonrío.- Podría bajar a buscar algo, o pedirle a alguien que traiga algo de eso si quieres.. -susurré. Lo haría de todas formas, dentro de unos minutos, cuando me tenga que mover de mi cama.

Cada vez que hablo de mi abuela siento como se me iluminan los ojos. No podría haber pedido a una persona más especial que ella. Lo único malo es que vive en el Distrito 2. Ignoro su comentario por completo, yo sé que fue un desastre la vez que fui a su casa, apenas podía cortar una verdura, tenía que mejorar, sobretodo si realmente quería tener algo con él.- Si quieres te la presento y podemos visitarla algún día, ella no vive en el Distrito. Además, podríamos también ir a pasar aunque sea dos días en su casa de verano en el Distrito 4.. -¡Juliette! ¿Cuándo va a ser el momento en el que pienses en el chico? ¡Tiene que estar trabajando y haciendo sus cosas para sobrevivir! Cierro mis ojos, sabiendo que mi mente tiene razón, pero no pediría perdón, era solo un deseo al fin y al cabo.

Sabía que hablar de su hermana cambiaría su ánimo. ¿Qué tendrá esa hija de Lucifer? Es una maldita, me criticó sin ni siquiera saber mi nombre. Esta vez no me callaría, no señor. Le sonrío cuando lo escucho.- Realmente me sorprende que esté nerviosa y que te ayude, digo, no creo que quiera que su hermano mayor salga con alguien y le deje de prestar atención.. -admito, tragándome las verdaderas palabras. No puedo decirle la verdad, se pondría muy mal. Si hubiera estado dos minutos más con nosotros y seguro me hubiera insultado. ¿Cómo puede caer tan bien parada la pequeña? ¿Es que Ewan no lo ve? Me río fuertemente con su comentario.- Basta, no es gay.. -lo beso, sin poder controlar mi impulso.- Tal vez un poquitito pero nada que sea alarmante.. -agrego, sin poder dejar de sonreir. Ewan, ¿qué hiciste con la Julie verdadera? Ya es hora de que me calme.

La sonrisa se me borra. Di la verdad Juls. En una pareja tiene que haber confianza, ¿no? Miré el techo por unos segundos antes de responder. Vamos, tú puedes, él puede pasar el trago amargo.- Realmente no... Pero quiero justificarla, tiene un hermano mayor hermoso y perfecto y viene una chica de la nada que lo quiere todito para ella, no creo que deba ser lindo para ella.. -mordí levemente mi labio, no debía decirle porqué realmente me cae mal su hermana. ¡Me expuso delante de él! Ahora ya no importaba mucho porque ya admití todo lo que dijo pero si nada hubiera pasado ya la hubiera asesinado.- Yo creo que si mi hermano fuera más grande tal vez pasaría lo mismo.. Bah, no.. Quiero imaginar que pasaría eso.. -¿Qué tan tonta podía ser para comparar la relación nula que tengo con mi hermano con la de él y su hermana? Apreté su mano, buscando su atención.- Ewan, sé honesto, del uno al diez, ¿qué tan mal le caigo a tu hermana? -.

Sonrío dulcemente al verla hablar de su abuela. Tiene un cierto brillo especial que le ilumina la sonrisa y los ojos. Agradezco que tenga a una persona así en toda la locura que es Panem. Sigo acariciando su mano y asiento levemente a lo que dice. –Me gustaría mucho eso. Quiero por lo menos la aprobación de uno de tus familiares.- río –También me gustaría ir al Distrito 04 contigo…- me acerco lentamente a ella para volver a besarla, mi nariz en su mejilla, y mi mano en su cintura; sin hacer presión, solo manteniéndola ahí. Frunzo levemente el ceño y me alejo un poco –Pero…- ¿Qué pensaría su abuela? ¿O qué pensarían sus padres si descubren que voy a la dichosa casa de verano del 04? –No quiero aprovecharme, no quiero que los demás piensen mal…-

Realmente no lo había pensado tan así, sobre la situación de mi hermana. Yo soy celoso con ella y ella es celosa conmigo ¿Por qué me ayudaría? Nunca le dejaría de prestar atención aunque tenga novia, aunque me case y tenga tres hijos. Ayllen ya debería saber que ella siempre sería la primera chica en mi vida. –Supongo que pensaba que si me mataban por lo menos debería estar bien vestido para cuando me lleven a la morgue.- Me encojo de hombros. Le correspondo el beso y vuelvo a reír –Yo creo que mi padre ya se estaba asustando de que no llevara chicas a casa. Seguro puso cámaras en el trabajo para ver que hacía.-

Frunzo el ceño cuando ella deja de sonreír. ¿De qué me había perdido? ¿Tan mal se llevaban? La escucho y me muerdo el labio levemente. Tomo sus dos manos y las beso dulcemente. Mi hermana no la odiaba realmente, todavía era chica como para sentir eso por alguien. Era un sentimiento muy fuerte, Ayllen no la odiaba. –Un 5. Ella es un poco traviesa y recién acaba de entrar en la adolescencia y no tiene a su madre como para que la ayude, así que está un poco irritable. Pero no te odia, se va a calmar cuando se dé cuenta que nada va a cambiar.- le guiño un ojo. –Ahora ¿Por qué no le pides a alguien que nos traiga un poco de comida así puedo tenerte encerrada para mí solo tranquilamente?-.