Te colocas el arma asesina entre los dientes, pero no le concedes el poder de matarte||Thiall

Apenas desperté me dieron la noticia, al principio no había entendido casi nada. Pensé que estaba soñando con que mis padres me contaban algo de Niall. Pretendí seguir durmiendo hasta que sentí el golpe de la ropa chocando contra mí cuando me la tiran para que me la ponga. Ahí pude entender todo.

No sé qué pensar, los dos andan discutiendo. Mamá gritando por todos lados de que su hijo es incontrolable y que no lo puede soportar más. Papá lamentándose no sé qué de que no le enseño a controlarse con el alcohol… etc.
No sé qué pensar realmente, sigo sin entender nada. Lo que hago es seguirles la corriente. Me cambio y sin desayunar salgo con ellos. Me empiezo a sentir mal, la noticia no me cayó bien, me… no sé qué pensar, lo vuelvo a repetir.

Llegamos en nada. En el hospital, empezaron a hacer un revuelo porque no se apuraban, y yo, tan tranquila como podía, arrastraba los pies detrás de ellos hasta que todo se solucionara. Después decido sentarme un rato para mandar un mensaje, tomo el celular y primero se lo digo a Danielle, luego a Hazel. No sé si me responden porque lo apago, nos están llamando de la habitacion.

Entramos un cuarto de internación. Siempre los odie… grises, fríos, sin rastro de vida. De repente, ellos se… tranquilizaron. Porque lo vieron ahí, recostado, lleno de tubos (probablemente para alimentarlo) Y de repente es “su hijo precioso, favorito, hermoso”.

Me quedo un rato parada, mirándolo, esto me está dando un dolor de cabeza que no soporto. Me le acerco un poco… pero me da tanta impresión. Siempre viéndolo ir de un lado para el otro, o encerrado en su habitación… y ahora esta recostado en la cama de un hospital, debajo de unas sábanas blancas. Y esta pálido, muy pálido. Doy un suspiro.

El médico me lo explica, tiene un coma etílico, por exceso de alcohol. Vuelvo a suspirar, me imagine que era algo de ese estilo. Y debería estar acostumbrada porque me imagine que algún día pasaría.
Los siguientes días vinimos a la misma hora, siempre con el mismo procedimiento. Ellos pelean, venimos, siguen peleando, yo me mantengo callada y parada a un costado esperando a que algo pase.

El tercer día paso lo mismo, a excepción que Papá estaba cansado (por trabajar horas extras) así que decidieron irse mucho antes. Están empezando a acostumbrarse a esto –Me quiero… me quiero quedar, no tengo muchas ganas de ir a casa- al principio se negaron, pero termine convenciéndolos, conozco tanto este hospital como la palma de mi mano, y el camino hacia casa también, así que no pasaría nada.

Me siento en el sillón que esta frente a su cama y miro a la ventana. Me veo por el reflejo y noto que por debajo de mis ojos se está volviendo de un color más oscuro. No pude dormir nada estos días, me quedo pensando lo tan parecido que es dormir con tener un coma. Bueno, es casi lo mismo, pero él no puede despertar. También pienso en las miles y miles de veces que peleamos, en especial las últimas veces. Creo que es un pensamiento común en estos momentos… Pero pensarlo me duele mucho, una angustia que descansa en mi pecho como si me estuviera quemando.

Le tomo la mano y la beso, para después apoyar la cabeza al lado de donde está la cintura de él, con la mano aun sostenida a la de él. Creo que me quedo dormida.

Despierto por un poco de movimiento en la cama, abro un poco los ojos. Luego escucho una tos, y creo que es mi hermano.

Estaba en una fiesta. Mis ideas no coordinaban en lo absoluto. Creo que es la fiesta en la que más alcohol hubo en la historia del Distrito 08. Tomé de todo. Siempre empezando con un poco de cerveza y cada vez más y más fuerte. Me encontraba sentado en una ronda, jugando a no sé qué con Max, Thom, Allie y algunos más, cada vez que perdías debías beber una medida de vodka. Sinceramente, era el peor “jugador”.

Allie me besó antes de tomar su medida correspondiente. Le sonreí. En ese momento se cambió de bebida ya que no había más vodka. Absenta. Ya lo había probado y la verdad es que sí, pega muy fuerte, es más, es la muerte, y eso que no es la bebida con mayor graduación de alcohol. Volví a perder, estábamos todos locos, a los gritos, cantando las canciones que sonaban a más no poder. Tomé mi medida y sentía el fuego correr dentro de mí, me mareé fuertemente. Sentía que parte de mi cuerpo no respondía pero yo solo reía. Thomas perdió en la siguiente ronda, después una chica llamada Camille, luego un tal Mattew y volví a perder. Les dije que no le colocaran agua, total, ya no importaba, la resaca que tendría mañana iba a ser eterna, no importaba si le ponían agua o no.




Sentía todo el cuerpo adolorido, estaba sudando un poco, no entendía nada. Abrí mis ojos pero me encontré cegado por la luz por lo que los volví a cerrar. ¿Qué había pasado? Me dolía la cabeza. ¿Dónde estaba? Sabía que no era ni mi casa ni la de Allie ni la de los chicos porque no tenía tanta luz. Estaba vestido, a medias pero vestido. Volví a abrir mis ojos y me encontré con Thaiel, con la cabeza apoyada en mi cintura. Frunzo levemente el ceño. ¿Desde cuándo Thaiel está en la misma habitación que yo tan cerca?

Miro alrededor y lo único que noto son paredes grises, luces blancas, olor asqueroso a medicamentos, y yo lleno de tubos.- Thaiel… -susurré pero.. la voz no salió. Empecé a mirar hacia los lados, esto me estaba desesperando, no me podía mover, mi cuerpo no respondía lo que pedía mi cerebro. En el momento que mi cuerpo empieza a responder me empiezo a mover, movimientos estúpidos, eso eran. Quiero gritar, quiero que me saquen de este lugar. Esto es un estúpido sueño de otra de mis noches (por no decir mañanas) de resaca.

Con todas mis fuerzas grito, pero lo único que logro que salga una tos asquerosa, ronca y con cierto olor a alcohol. No puedo controlar mi tos, no sé qué hacer, intento respirar pero no, estoy ahogado. Siento ciertas lágrimas en mis ojos. Si tan solo pudiera enderezarme, tomar agua, algo. Luego de unos momentos más me calmo y miro a mi hermana.

-¿Qué está pasando? –mi voz se encuentra mucho peor que antes, es apenas audible, pero es gruesa, como si no hubiera abierto la boca en días. Hago una mueca de dolor al sentir una puntada muy fuerte en la cabeza. ¿Qué fue lo que pasó aquella noche?

Sigo sintiendo que alguien se mueve y la tos empeora. Levanto la vista y si, es él. Me pongo nerviosa pero no lo dejo demostrar. Toco el botón de emergencias que está a un lado del cuarto. –Shh…- le chisto para calmarlo –Tranquilo, tranquilo- Me vuelvo a sentar a un lado de él y le acaricio el brazo. Me duele mucho verlo así, no sé porque, no voy a poner la excusa de “Es tu hermano, te va a doler todo lo malo que le pase” Porque sé que eso no es.

Tiene la voz horrible y creo que le duele algo por la mueca, creo que es la cabeza. Le acaricio un poco el pelo para ver si se le pasa, y me quedo un rato así buscando alguna respuesta que no lo altere –Bueno… Tuviste un… un coma, un coma etílico- Suelto sin pensarlo mucho, no podía decir otra cosa, tampoco mentirle. No sé si seguir explicándole, solo lo voy a hacer si sigue preguntando.

Se escucha el abrir de la puerta -¡Al fin despertó el Bello Durmiente!- dice una voz femenina, miro riendo y es la enfermera. Deja algo en la mesa de al lado que no logro identificar. Sigue parloteando un poco, explicando lo que va a hacer. Primero le toma la fiebre. Al parecer solo está un poco más arriba de lo normal. Luego, sé que le va a sacar los tubos. Le agarro la mano a mi hermano y le susurro –Cierra los ojos y aprieta la mano en el momento que te duela- La enfermera empieza a sacarle de a poco. No sé quién está sufriendo más, el por sentirlo o yo por verlo. Tarda un poco, pero por lo menos lo hace bien.

-El medico vendrá en un rato, Señorita, si se puede encargar de lo que hay en la mesa se lo agradecería- Asiento y ella cierra la puerta.

-¿Tenes ganas de vomitar?- pregunto preocupada. Voy a la mesa y agarro la bandeja que dejo la chica. Me vuelvo a sentar junto a él. Era una botella de agua con un par de medicamentos, al lado tenía una gelatina o algo así, supongo que es por la hora de la merienda. Aunque no estoy segura que hora es y cuánto tiempo me quede dormida.

No lo dejo moverse mucho, le pido que abra la boca para darle las pastillas y ayudarlo a tomar agua. No sé cuánto le dolerá eso, no tragó nada desde hace tres días. Después si, lo dejo sentarse con cuidado, de a poco. No quiero que haga mucha fuerza porque se puede volver a marear. Bueno, tal vez lo estoy cuidando mucho pero no quiero que le pase nada. Le dejo la comida en sus manos mientras yo me acomodo más. –Ya está, ya paso todo lo feo de hoy- le susurro cuando vuelvo a mi trabajo de acariciarle el pelo.

Cuando termina de comer le vuelvo a dar el agua -¿Y? ¿Cómo estás?- le sonrío y ahora le acaricio la espalda para darle algo de fuerzas, solo quiero que el medico aparezca rápido para no contarle todo yo -¿Soñaste algo?- termino por preguntar para salir del tema anterior.

La desesperación entra en mí, me siento inválido, es más, lo parezco y puedo afirmar que lo estoy. Quiero sentarme y eso empeora las cosas. Ver a Thaiel despierta me da cierta esperanza de que me ayude pero.. ¿Me chista? ¡¿Qué mierda..?! ¡¿Cómo puedo estar tranquilo en estos momentos?! ¡No respiro! Se sentó a mi lado y acarició mi brazo hasta que me calmé. En el momento en que me pude calmar pestañeé repetidamente para hacer que desaparezcan las lágrimas que habían en mis ojos.

Me acaricia el pelo, eso me relaja un poco pero no calma mi dolor, oculto todo tipo de muecas que puedan salir de mi rostro para no preocuparla. Ella no me responde rápidamente pero cuando lo hace abro los ojos a más no poder. ¿En qué momento? ¿Cómo es posible..? Esto no es verdad. ¿Coma etílico? ¡No bebí nada! Bueno.. No sé.. ¿Tal vez? ¡No! ¡No bebí tanto! ¡Yo sé que tomé y que no! No sabía que decirle la miré un segundo y luego miré mi camilla. No..

Una enfermera entra con toda su alegría. ¡¿Bello durmiente?! ¿Por qué me dice así? No escucho nada de lo que dice, no entiendo nada, mi respiración se entrecorta, ¿qué día es? ¿Cuánto tiempo estuve acá? ¿Por qué me pasa esto a mí? ¿Qué hice mal? Bueno, ya sé todo lo que hice mal pero.. Todavía no creo que llegué a un coma por tomar un poco más alcohol que el normal. Me toma la fiebre pero sé que tengo la mirada perdida, porque así me siento. Me da otra puntada y me tragó la mueca de dolor.

Me van a sacar los tubos, le aprieto la mano a mi hermana por solo decirlo. Me aterra la idea. Respiré profundamente. Cerré mis ojos con mucha fuerza, tragué mis gemidos y gritos de dolor y sin darme cuenta todo el tiempo apreté la mano de mi hermana, y creo que cada vez más y más fuerte. Es la peor sensación que tuve en toda mi vida. En el momento que terminó pude respirar. Que esta tortura termine ahora por favor.

No es por nada pero creo que cada vez que habla esa señora habla es para preocuparme más. Me siento mal, pésimo. Asiento a lo que dice y luego niego.- Siento nauseas nomás –modulo lo perfectamente normal para que ella me entienda. En el momento que tomo las pastillas siento que me raspa por completo la garganta, parece que nada hubiera pasado por allí desde hace semanas. Hago una mueca de dolor. Quiero llorar, quiero llorar de la rabia por no darme cuenta de la cantidad que estaba tomando.

Me empiezo a sentar y siento que todo el cuerpo me duele, no puedo enderezarme me desespera, quiero hacer fuerza, mi respiración se vuelve a entrecortar. Me frustra no poder ni sentarme y que Thaiel me tenga que ayudar en todo, no quiero decir que no me guste que me ayude pero.. Me siento horrible por necesitarla para todo, eso es. Tomo la gelatina entre mis manos pero eso lo único que me causa son nauseas, no quiero comer, me da asco. Me trato de reír cuando habla, si eso era lo malo de hoy, luego rodeé los ojos y me mordí el labio. La saliva volvía a recorrer mi boca con normalidad.

La miro a los ojos, con cara de indiferencia, ignorando sus preguntas. Tomo su mano y la entrelazo con la mía para observarla unos segundos.- ¿Hace cuánto estoy acá? ¿Qué pasó? ¿Por qué me tratas así? Nos odiamos.. ¿Por qué me tratas como si fueras mamá? –la suelto y trato de alejarme para después tapar mi cara con mis manos. Respiraba profundamente, necesitaba pensar, esto no estaba bien. Necesitaba a Max, Allie, Thom, alguien que sepa qué fue lo que pasó esa noche.

No se esta tomando nada bien. Necesito que se relaje, pero sé que es imposible. Probablemente si estuviera en la misma situación estaría totalmente asustada. Creo que estuvo a punto de llorar, o algo así. Y cuando le digo lo que le paso… sé que miles de pensamientos están pasando por su cabeza.

No sé cómo hace la enfermera para cada día hacer algo como esto. Yo no lo soportaría. Cuando le quitan los tubos de a poco, él me aprieta la mano con fuerza. Al principio fue mucha, y luego más. Pero no dolió, bueno si pero no me importo y ni tendría que importarme. Me siento un poco aliviada cuando todo termina y la señora se va, pero a la vez no porque no sé qué hacer sola con él –No te aguantes cuando tengas ganas de vomitar, te vas a recuperar más rápido- le aconsejo, aunque terminara haciendo lo que se le dé la gana.

Sé que no quiere comer por alguna razón, pienso preguntarle pero mejor no. No quiero hablar. No quiero decir nada. ¿Qué podría hacer ahora? ¿Llamar a casa para decirles que despertó? Les importara pero si les digo tarde o temprano les dará igual, total no vendrán hoy, me lo dejaron asegurado. Igual, segurísimo que los llaman del hospital para avisar.

Me toma la mano y la miro, y en realidad no miro otra cosa más que eso –Hey campeón, no me asaltes con tantas preguntas- rio y luego suspiro, me suelta la mano y se aleja. “No me sueltes” estoy a punto de decir pero las palabras no salen. No debería dolerme todo esto, pero está pasando, me está destruyendo. –A ver… estuviste así tres días- lo miro para ver su reacción –No tengo mucha idea de lo que paso en ese momento, ni que le causo eso… prefiero que te lo cuente un medico porque la verdad estoy igual de desinformada que vos- le explico.

“Nos odiamos” esa es la frase con la que se explica todo ¿no? –Niall, no sé si es el momento para esa pregunta ahora pero…- me relamo los labios, me estoy quedando seca.

-No quiero odiarte Niall, no quiero- lo miro a los ojos y luego bajo la vista avergonzada.

PD: Me salió horrible y corto! Sorry

Miedo. Esa es la palabra. Así me sentía. Y nada podía calmarlo o controlarlo. Debía caminar, debía salir, tocar la guitarra, juntarme con mis amigos, ir a los castigos juntos, hacer ejercicio, volver a mi vida. Si eso no pasa yo no voy a volver a la normalidad. Lo sabía, y ella también lo sabía, y sabía que esa era una de las razones de mi alteración. Igualmente me arrepiento de haberle apretado la mano tan fuerte, y bueno, ella no merece verme así, tan alterado, ella solo quería estar ahí cuando yo estaba prácticamente muriendo. Tal vez está acá porque cuando yo me enteré de lo que pasó traté de protegerla lo más que pude ese día y deseaba tenerla en brazos el mayor tiempo posible para brindarle cariño y apoyo.

Me encojo de hombros.- Son solo nauseas Thaiel.. No tengo muchísimas ganas de vomitar, en serio.. –suspiro. Odiaba eso, era tan.. Mamá. Tan sobreprotectora, tan atenta tan.. No sé. Pero era algo que me molestaba pero no se lo pienso decir, encima que me está acompañando en ésta. Y ahora es cuando me pongo a pensar.. ¿Dónde está mamá? ¿Y papá? ¿Acaso no les importo? ¿Habran venido los chicos? ¿Allie? ¿Alguien? A lo mejor no vino nadie porque no importo.

Rodeo los ojos cuando no me quiere responder al principio, lo esperaba la verdad, bueno no, pero de todas formas lo esperaba. La vuelvo a mirar, esperando que suelte algo y lo hace pero lo único que logra es dejarme helado.- ¿Qué? –suelto por inercia y la miro.- No mientas Thaiel.. Sé que es domingo.. No me podés mentir con eso.. –dije alterándome, aunque sí, sabía que esto no era una cosa de horas, lo sabía, pero no quería aceptarlo en lo absoluto. Pero ella es la desinformada, yo no. Yo recuerdo poco, casi nada de la fiesta pero sé que en la primera hora tome cerveza, Allie me di daiquiri, sé que después Max me dio un poco de su Gancia con Sprite y después ya no sé, pero así empezaban siempre nuestras noches. Creo que mezclé de más. Y no necesito a un doctor para que me explique las cosas.

-No Thaiel.. Deja.. No necesito que nadie me explique nada.. –mi voz estaba volviendo a la normalidad.- Yo sé que pasó.. O sea.. Es lógico.. Mezclas en cantidad.. Beber más de la cuenta y listo.. –dije sin importancia. Aunque si importaba, por dentro sí me importaba, no vi en fondo nunca y éstas son las consecuencias. Suspiré. ¿Con qué cara voy a mirar a mis padres? Soy un alcohólico de mierda que vive de fiesta y vive teniendo sexo. Ni me merecen como hijo.

La miro unos segundos y tampoco puedo odiarla, no si no hay una excusa del momento.- Yo creí.. Creí que me odiabas.. Y que estabas acá porque mamá no podía.. –suspiré. Me remojé los labios levemente y sentía que los tenía paspados. Mierda. Seguro estaba hecho un asco. Volví a mirarla, pero esta vez a los ojos.- Yo nunca te odie y dudo hacerlo realmente.. –luego de eso miro mi camilla y cierro mis ojos.- Gracias.. Si estaba solo creo que haría muerto de desesperación.. –le sonrío levemente. Eso era verdad. Estaba demasiado mal antes que si no hubiera estado ella o alguien conocido.. No quiero ni imaginarlo.

Me quedo mirando la ventana y el sol que anda bajando de a poco. Y eso indica que en cualquier momento termina el horario de visita y no quiero, no con él así. ¿Dije ya que este es uno de los hospitales más feos de Panem? Al menos que no pase algo importante, nadie se hace cargo de nada.

Lo vuelvo a mirar cuando me habla –Lo decía para cuando tengas muchas ganas, no ahora. No tengo idea de cómo te vas a sentir después- Sé que en parte le molesta que lo proteja… tanto. Que en cierta forma actué como mamá cuando le da mucha lastima alguien. ¿Pero qué voy a hacer? ¿Quedarme sentada para ver cómo sufre? Bueno, podría. Pero no quiero.

Le respondo todo, o todo lo que puedo. Y la verdad es que no me esperaba esa reacción, y a la vez sí. Tenía la esperanza de que se lo tome con tranquilidad, pero en cambio, se quedó helado. Pongo una mueca de tristeza sin saber cómo seguir explicando –Niall… hoy es martes…- suspiro. Por eso lo habían denominado como coma, ojala hubiera sido un simple desmayo. Me gustaría saber cómo lo trajeron hacia acá, y si alguien más lo vino a visitar (Aunque no creo, no creo que les hayan dado una autorización).

Me alegro un poco de que su voz vaya volviendo a la normalidad –Si, tienes razón, es lo más lógico. Quizá haya algo más que paso. Tal vez tendrías algo en el cuerpo antes de eso que con las mesclas cayó mal. Se sabrá con los estudios…- juego con su mano, delineando las rayas de su palma. Estoy impaciente para que alguien diga algo sobre lo que paso, aunque ya lo sabemos, quiero que lo confirmen.

¿Odiarlo? Se me hace un poco imposible… ¿Por qué mamá no podría estar? –Aunque estemos peleando constantemente y digas cosas… que me duelen, no te voy a odiar…- le regalo una sonrisa, pero después la borro al nombrar a mamá –En realidad ella si puede… lo que pasa es que no quiere estar acá.- me encojo de hombros. Estoy bastante enojada con eso, y con varias cosas.  Me mira a los ojos y siento que voy a bajar la vista, pero en cambio lo miro también. Siento que un montón de peso sale de mí cuando dice lo que quiero escuchar. Me acerco un poco más y lo abrazo despacio, enserio necesito un abrazo. Le doy un beso en uno de sus hombros porque es lo que tengo más cerca y me vuelvo a alejar, sonriendo levemente.

-Bueno, ahora te tenes que curar, volver a tener tu vida de antes y…- suspiro –Bueno, lo que puedas volver a tener de antes porque presiento que algo va a cambiar ahora…- digo, mientras escucho dos golpes en la puerta y después el rechinido de está abriendo.

Miro hacia atrás y veo al médico el cual lo está atendiendo a él. Lleva una carpeta con varios folios sobresalientes. Acerca una silla a la mesa y se pone los lentes abriendo la carpeta. Ojea un poco y empieza a anotar algo. Ciento que está tardando demasiado hasta que al fin habla –Bueno, empecemos…- suspiro y miro a mi hermano.

Asiento levemente, ignorándola. Sabía que odiaba que me protegieran o cuidaran demasiado, me hacía sentir, débil, inútil, inservible, un estorbo, o que solo le daba lástima a la gente. Otra puntada me retumba en la cabeza, es más fuerte que las anteriores pero su duración es más corta. Todavía no puedo asimilar las respuestas que me dio. ¿Martes? Frunzo el ceño pero no le contesto, estaba negándolo en mi mente, ¿tres días inconsciente? Suspiré y me dejé vencer. Sabía que en algún momento las cosas serían graves pero.. No pensé que tan pronto.

Una pregunta me carcomía por dentro, dudaba que ella supiera pero con preguntar no pierdo absolutamente nada.- Entonces.. ¿Quién me trajo hasta acá? ¿Al.. Alguien más vino a visitarme? -. No me sentía bien haciendo ese tipo de preguntas, no cuando sabía que la respuesta no iba a ser del todo buena. Ella estaba de acuerdo conmigo, lo que ella no sabía es que había cenado, pero no tanto, desde la casa de Max habíamos ido a la fiesta, y podría decirse que tanto alcohol para un estómago que casi no tenía comida.. Siempre caía peor pero no era nuestra culpa que nos hayamos retrasado y tuviéramos que “cenar” rápido.

Y el sentimiento de culpa me invade pero.. No me sale pedirle perdón y no sé porqué.. Realmente quería decírselo pero no podía. Estuvieron mal la mayoría de las cosas que le dije, lo sé, y me tendría que estar arrepintiendo pero algo en mí me lo impide. Asiento levemente con una pequeña sonrisa que se me borra al oír lo siguiente: no quiere estar acá. Mi mamá no quiere venir. Creo que la decepcioné más de lo normal, igual, con un hijo como yo ¿quién querría venir a visitarlo? Volví a asentir, mirando la puerta, tal vez, solo tal vez, podría venir y perdonarme por hacerla sentir tan mal todo el tiempo.

Me abraza cuando le digo que no puedo odiarla y con uno de mis brazos rodeo su cintura. Mi otro brazo lo sentía dormido todavía. Era bastante reconfortante sentir sus brazos rodeando los míos, creo que lo necesitaba realmente. Me sonríe y yo intento sonreír también, logrando una mueca. No puedo sonreír bastante con esta situación. La mejor descripción de cómo estoy ahora: me siento para la mierda. Y más aún cuando dice que todo va a ser diferente en mi vida, no quería eso. Iba a llorar de la rabia, en cualquier momento, por lo menos si seguía hablando.

El médico entra y suspiro, no quería escuchar esto. La suerte para mí es que tardo bastante leyendo mi folio.- Niall.. Yo sé perfectamente que sabes lo que te pasó.. No es novedad.. Recuerdo que tú y varios de tus amigos trajeron a un chico que tuvo un coma antes.. –asentí levemente. Nicholas. Ese chico no volvió a ser el mismo después de su coma etílico y eso me hace bajar la mirada.- Bien.. Por lo que leo estás perfectamente bien, no tuviste mala reacción a los medicamentos, tu estómago e hígado se encuentran bien después de la limpieza que le hemos hecho y tus órganos vitales no sufrieron ningún daño –suspira.- Tendrás que dejar el alcohol al menos un mes y medio, como mínimo.. Y cuando tomes debe ser en poca cantidad.. Olvídate del absenta y el vodka, sabemos que estuviste tomando eso, o lo evitas o te tendremos aquí de nuevo –ahora sí que me sentía patético, lo entendía a Nick, sino podía tomar alcohol ¿para qué iba a salir? Iba a quedar como un estúpido. Asentí y respiré profundamente.

- Otra cosa.. Cuando llegaste y te analizamos habías tenido dos eyaculaciones en las últimas doce horas desde que te trajeron.. –me miro desaprobadamente.- Muchacho.. Calma tus hormonas.. No puedes estar así con sólo 16 años.. Debes bajar tu actividad sexual.. No es una sugerencia, es una orden, ¿está claro? –asentí con cierta tristeza. Estaba rojo como un tomate. No me podía hacer esto, con mi mano me rasqué la cabeza. Estaba llorando, por dentro estaba llorando. No tendría sexo y alcohol, ¿cómo puedo sobrevivir? ¿Cómo alguien puede sobrevivir sin tener que cambiar su vida?- Creo que eso es todo.. Si sigues evolucionando mañana pero es más probable que el jueves te demos el alta y te daremos los medicamentos que debes tomar luego de irte de aquí –suspiro y miro a mi hermana.- Señorita.. La hora de visita ya va a terminar, vaya despidiéndose.. –dicho esto se levantó y giro el pomo de la puerta.- No te preocupes.. Estarás bien Niall, espero que esto te sirva a acomodar tus ideas y que sepas que no puedes ir por la vida haciendo lo que quieres.. Cuídate.. –susurré un simple gracias antes de que se fuera.

Me recosté en la camilla y resoplé.- ¿Cuándo termina el horario de visita Thaiel? ¿Falta mucho? –no quería estar solo, necesitaba estarlo. Cerré mis ojos y con mi mano volví a rascar mi cabeza. No. No iba a poder soportarlo, esto era demasiado. Por supuesto que este hombre me vería de nuevo, no pensaba destruir mi vida para cumplir esas estúpidas órdenes.

Hay momentos que se vuelven silencios insoportables, incómodos. Me dedico a ver sus reacciones, porque es la única forma de poder saber que piensa, como se siente, etc… Todo esto me está haciendo mal. Me siento mal, como si toda la presión que puede haber en una sala cayera y me ahogue. Si estoy sintiendo que me ahogo, pero intento por todo en el mundo en no demostrarlo. Lo peor de todo es que se, que aunque me vaya, aunque vuelva a casa, no va a cambiar la sensación.

Lo miro cuando empieza a volver a hacerme un par de preguntas –No sé quién te trajo… Y, bueno, sé que mamá y papá vinieron a visitarte. Otras personas no…- bajo la vista, pero rápidamente vuelvo a hablar para aclarar todo –Probablemente porque no les dan el paso, o eso es lo que me contaron- me tiro un poco hacia atrás, pensando en que me molesta que no me cuenten nada. Como si no sirviera para nada. “Agradezco tanto como me hacen sentir… mis padres me hacen sentir tan bien…” Pienso sarcásticamente, pero dejo eso volando en el aire porque va a terminar haciendo mucho peor.

Se vuelve otro silencio incomodo cuando pronuncio lo de mamá. Creo que podría haberlo dicho de otra forma. No tan directa… ¿Pero porque le voy a mentir? Tarde o temprano se daría cuenta cuando no aparezca. –En casa es todo… todo un lio. Los dos están insoportables. Están constantemente peleando… creo que ninguno de los tres dormimos… Es la verdad cuando te digo que vas a preferir pasarte la semana acá, a que te tengan en reposo en casa.- le digo con una voz bastante sincera. Si yo no lo soporto, no sé cómo lo soportaría él.

El abrazo me hace sentir un poco mejor. Aunque también se me hace muy extraño abrazarlo… pero si, se siente bastante bien. Aunque a la vez es doloroso no poder verlo sonreír. ¿Dónde quedo mi hermano? En parte, siento que acá falta algo. Y no sé si está bien o está mal. –Para cuando todo vuelva a la normalidad… ¿Podríamos intentar pelearnos menos?- pregunto mirándolo a los ojos -¿Me lo prometerías? Por lo menos intentar…- bajo la vista buscando su mano, la entrelazo con la mía y me quedo viendo. Quisiera que todo vuelva a ser como antes ¿Tanto puede costar eso?

Cuando el medico entra me alejo un poco, tratando de ponerme cómoda. Empieza a hablar confirmando todo lo que ya sabíamos. Y aclarando otras que yo no. Me enferma un poco escuchar todo esto, aunque estoy acostumbrada ¿Cuántas veces estuve acá? Tal vez no internada, pero si horas y horas haciendo estudios y estudios. A veces puede que me sienta más cómoda en este hospital que en otro lugar.

¡Dios! ¿Tenía que decir eso frente a mí? Me muerdo el labio para contener la poca risa que llevo por dentro. ¡Esto es tan incómodo! Debo estar levemente sonrojada por el calor que llevo en la cara. Quiero reírme, internamente estoy echando carcajadas, por fuera estoy quita, inmovilizada mirando cosas que no sean a él. Suelto el aire cuando al fin se va. Vuelve a quedar un silencio a excepción del ruido que se puede hacer al moverse. –Hum, que… interesante ¿eh?…- me abrazo a mis rodillas e intento ocultar la cara –Digo ¡Lo anterior que dijo! No lo último… eh… mejor me callo- hablo lo más rápido que puedo e intento taparme más el rostro.

Lo miro de reojo –Termina 20:30, debe faltar como una hora- le confirmo. ¿Él quería que me vaya, o que me quede? Me levanto para abrir un poco la ventana -¿Queres que me vaya?- pregunto mirando hacia afuera –Puedo hacer que me dejen quedarme, si queres te dejo solo un rato… porque de todas formas si me quedo tendría que ir a buscar un par de cosas a casa.- Me doy la vuelta para mirarlo.

Me muerdo el labio. Seguro nadie vino aparte de ellos, es lo más probable. No sé ni siquiera si se habrán enterado de mi situación, de ese día seguro no recuerdan nada, ninguno de mis amigos. Bien, ¿qué es lo que puede pensar uno cuando estuvo en coma por tres días? Yo creo que si yo no fuera el que está en la camilla.. Estaría más que pendiente de lo que pasa con mis amigos pero tal vez no les importo, así como hay posibilidades de que Thaiel no sabe nada y que estuvieron aquí y que ellos fueron los que me trajeron.

Que se peleen, que no puedan dormir.. Todo por mi culpa. Estaba más que equivocado cuando le dije a Thaiel que ella era la culpable de destruir la familia.. Siempre fui yo, y nadie más que yo. Yo la rompí, yo la quebré, yo la partí y ahora yo fui quien la destruyó, o al menos terminó de destruírla.- Gracias por el dato.. Pero.. Preferiría estar en casa.. Necesito mi cama, mi guitarra, mi ropa.. –suspiré y froté mis ojos, me sentía más que cansado. Odiaba los hospitales, odiaba estar acá, odiaba la comida con solo verla, me era repugnante todo.

Se siente raro abrazarla, es lo más extraño que me paso realmente, hace mucho que no había un abrazo entre nosotros. Asentí levemente ante su pregunta. Todos queríamos eso, a la larga, pero si ella se mete con algo mío no dudo en pelear hasta que me dé la razón y me pida disculpas. Suspiré cuando entrelazó nuestras manos.- No puedo prometer nada.. Pero si cada uno se mantiene por su lado está todo bien, podríamos intentarlo.. –susurré.

El doctor y sus palabras. Lo odié, en serio lo odié. Desde el primer momento me sentí triste y luego avergonzado, no estaba frente a mi hermana, era mi hermana, ¡y era más chica! Aunque sea por unos minutos ella era más chica. Todo lo que decía se sentían como patadas a mi estómago. No las quería asimilar, no era justo, ¿por qué me dice que no debo hacer todo lo que usualmente hago? Es como que si tuviera que hacer mi vida de nuevo. En estos momentos lo que menos me interesa es estar bien, prefiero mil veces seguir en coma. ¿Reacomodar mis ideas? ¿En serio? Yo si quiero voy a hacer lo que sea que se me ocurra, tengo una sola vida, tengo que vivir al máximo.

Fulminé a Thaiel con la mirada cuando habló. ¿Para qué pide que no peleemos si salta con un comentario así de estúpido, sé que se estuvo riendo de mí cuando el doctor hablaba, lo presiento.- ¿Te diste cuenta que todo lo que dices te hace cada vez más hueca e inútil? Gracias a Dios y al Papa por el milagro –dije molesto. No se va a burlar de mí, ni ella ni nadie. No me puede venir con esas estupideces, se ríe de que tomo mucho alcohol y de que tengo tanta vida sexual. ¿En serio vino así de estúpida? Yo en su lugar me admiraría a mí mismo.

Suspiro.- Haz lo que quieras Thaiel, si quieres quédate.. Pero si estás callada.. Quiero paz.. –no quería ser duro con ella pero debía serlo. Esta situación me superó y necesito pensar en qué voy a hacer.- La verdad no sé, están bien las dos cosas si haces lo que te dije.. –agregué mirándola a los ojos.- Quédate de última, sé que no quieres ir a casa.. -¿Qué hacía? No quería a nadie cerca. Quería poder llorar de la rabia sin que nadie pudiera decirme nada al respecto.- Pero no le digas a nuestros padres que vengan, no los quiero acá.. -.

Estoy pensando seriamente en que poder decir y que no. Hay ciertas cosas que se pueden decir a alguien que está en su estado. Primero que nada podría haber evitado tal vez decir que no se si alguien vino a visitarlo. Yo probablemente hubiera pensado lo peor, que nadie vino, que nadie quiso. Por otra parte, tal vez habría sido malo contarle lo de casa. Pero ¡ya no sé qué decir! Me refiero a que… simplemente odio todo esto y los problemas secundarios que causa.

“Hay que intentarlo” No me convence del todo, porque es un simple “No te prometo nada pero veo que puedo hacer”. Enserio necesito que dejemos de pelear, ya hay bastantes problemas fuera de esto como para andar escuchando sus gritos. Sé que es común pelear entre hermanos, pero esto se pasa un poco de la raya, pasa a ser un “odio mutuo”. Aunque en realidad, no puedo odiarlo, solo actúo como si lo hiciera.

Aunque podría odiarlo ¿no? Seria todo más fácil, supongo, ya que no me dolería tanto todo esto pero… ¿Por qué no lo odio? Hay algo que me dice que haga todo lo contrario a lo que quiero, me deja estancada en un lugar donde sufro más de la cuenta. Tal vez sea porque extraño todo lo de antes, antes de que todo cambiara. Y no me refiero a lo que paso con Sebastián, sino un poco antes. Cambiamos, él cambio, yo cambie. Antes de todo él era como… como un amigo, estaba para él como él estaba para mí. Lo amaba, lo amaba con todo, él era el que me sacaba las sonrisas. Pero una cosa llevo a la otra y desaparecimos, como si fuéramos personas distintas en el mismo cuerpo. Tal vez, también, lo sigo queriendo porque sé que cuando algo malo pase –como hoy- soy yo la que tiene que recoger los pedazos tirados en el suelo.  

¡Y ahí va otra vez! Bajo los pies al piso y me cruzo de brazos. -¡Por Dios! ¿¡Te vas a enojar por cualquier cosa que escuchas!? Que insoportable- rodeo los ojos y dejo que un poco de viento fresco entre por la ventana. Esto parece un infierno. Tengo ganas de… poder decirle todo lo que quiero, todo lo malo de él –Mejor… mejor olvídalo, no dije nada antes- frunzo el ceño.

Por como lo dice, sé que no quiere que me quede. Pero tampoco está en condiciones de que se quede solo, ni se para que le pregunte, hablo sobre ¿Qué pasa si se queda sin aire otra vez? ¿Si duerme y se queda en un coma otra vez? Nadie lo va a escuchar y nadie se va a dar cuenta. –Ya vuelvo- digo agarrando la identificación de él que está en la mesa y luego me dirijo a la puerta.

Bajo hasta recepción buscando a las chicas de administración. Cuando las encuentro, les dejo la identificación, explicando  que “El paciente es menor de edad y tiene que tener una persona al cuidado porque recién despierta de un coma dejándolo sin movilidad y en estado de no atención” Después de que acepten y empiecen a administrar esto, me piden mi identificación. Es verdad que casi no me aceptan porque también soy menor de edad, pero termine convenciéndoles. Como siempre.

Vuelvo a subir y antes de entrar, doy dos toques en la puerta como hacen todos por obligación, y entro a la habitación. –Termino el horario de visita, te dejo un rato, dentro de unas horas vuelvo para seguir haciendo trámites y tal…- no le doy la explicación que en realidad es para cuidarlo porque se totalmente que odia eso. Agarro mi mochila, me acerco a él tomándolo levemente del rostro y le doy un beso suave y dulce en la mejilla. Su piel está caliente, esto hace que me dé un pequeño escalofrió. Lo miro a los ojos unos segundos –Cuídate- me despido. Aviso en la recepción mi retirada y al parecer, una enfermera esta yendo hacia la habitación llevando un par de cosas.

Vuelvo a casa lo más rápido que puedo. Y una vez allí les cuento todo lo que paso, ellos me cuentan que fueron informados de que despertó y que tal vez, si pueden animicamente, mañana lo visitarían un rato. Me doy una ducha rápida y luego me pongo a cenar con ellos. Es extraño porque hay silencio y no comentarios random sobre cualquier cosa que termina en una pelea. Me gusta y a la vez no. También les informo que pasaría la noche en el hospital, por lo menos por hoy. Por alguna razón extraña les pareció buena idea, deben estar pensando y preocupándose en miles de cosas que una persona menos de quien encargarse les parece mejor.

Al cabo de tres horas de preparar y terminar todo lo que tenía que hacer por hoy, tengo el bolso hecho, no tiene casi nada. Me despido y ellos parecen por un momento arrepentirse de dejarme ir, pero no dicen nada, hacen muecas, pero no dicen nada. Mamá va a recostarse, me susurra un buenas noches, y papá se postula para acompañarme hasta allá por ser tan tarde. Entro al hospital otra vez dejando la identificación, y después subo al piso donde están las habitaciones. Los pasillos están sin luz, totalmente apagados. Parece horrible, típico de una película de terror. Entro a la sala donde esta Niall y susurro un “Hola”, porque no sé si ya está dormido o algo por el estilo.

La miro por el rabillo del ojo cuando me habla. ¿Cómo puede quejarse de que yo me moleste? ¿Acaso no escuchó sus propias palabras? Respiré profundamente, tragándome la respuesta. Intentar, intentar no pelear. No lo prometí, está bien, pero debía hacerlo. Si seguimos así un día la mato o aparezco con el pelo teñido de verde o directamente sin pelo. “no dije nada antes” eso aumenta mi rabia, ¿con qué cara dice eso? Suspiro. Tranquilízate. No la mates. No le hables. Que haya paz. Además las fuerzas no alcanzar para contradecirle todo lo que sea que diga. Cuando se va trato de contener todo lo que quiero soltar, ella va a volver, no voy a permitir que me vea mal, ya es suficiente. Cierro mis ojos y me calmo a más no poder, quedaba poco para sacar todo, solo unos minutos más. Asiento levemente y suspiro, va a volver, va a quedarse conmigo toda la noche. No era un bebé, no iba a morir, todo iba a estar bien. Antes de que se vaya le digo.- Cuídate también, ten cuidado.. –tragando el orgullo un poco.

Cuando siento que no está ni cerca tomo mi almohada, me cubro con ella y empiezo a gritar y a llorar de la rabia, descargando todo. ¿Por qué esto tenía que pasar? ¿Por qué no a otro? Había ente que lo merecía más que yo. Nada de alcohol, nada de chicas, sinónimos de nada de vida. Grité lo más fuerte que pude y escuché que se abría la puerta.-¡Niall! ¿Estás bien? –grita la enfermera, preocupada, llevando una bandeja. Estaba aliviado de que no haya sido nadie de mi familia. Me saco la almohada de la cara y la miro. Ella inmediatamente deja el carrito con la bandeja a un lado de la camilla, hace que me siente y me abraza.- Cariño, todo va a estar bien.. –me susurra, queriendo calmarme.- ¡Nada va a estar bien! ¡Esto es una mierda! –grito, estaba llorando, y demasiado. La enfermera me abrazaba y me consolaba pero eso no servía.

Me dejó de abrazar y me seco las lágrimas.- Niall, pequeño.. Come algo.. Te va a hacer bien.. –dice acariciando mi rostro y niego con furia.- ¡No! ¡No tengo hambre! ¡No me va a hacer bien! –estaba más furioso ahora. Solo me quería calmar para que comiera esa comida asquerosa, no porque se preocupó por mí. Tomé la bandeja y la tiré contra la pared, pintando así la pared blanca.- ¡Quiero irme! –comencé a golpear la camilla, los aparatos que aún seguían en la habitación.- ¡Mi vida no va a mejorar! –tomo el carrito y lo empujo en dirección a la ventana, casi rompiéndola. En eso veo a un enfermero que entra rápidamente con una jeringa. Respiro rápidamente y trato de defenderme, le pego, evito que me coloque lo que sea que me quiera poner pero eso solo empeora las cosas. Más gente entra a la habitación, todos me toman alguna extremidad de mi cuerpo, no dudo en forcejear, evitar que claven esa aguja en mí pero es la enfermera es la que termina introduciendo el líquido en mí para calmarme.



Me despierto y todo está en su lugar otra vez, siento un dolor tremendo de cabeza, puntadas largas pero más que fuertes, miro a mi alrededor y no hay nadie. Suspiro. Menos mal que mi hermana no había llegado, trate de mover mis brazos pero.. ¿Estaban atados? Entre en pánico. No grites, no quieres otra vez que te pongan el líquido. Con todas las pocas fuerzas que tenía traté de desatarme. No había hecho tanto escándalo como para que me aten, esto empeora las cosas. Levanto la vista y Thaiel entra.- Thai.. Thai.. –le digo desesperado.- Sácame de acá, por favor.. –agrego suplicante y le señalo mis manos que están a los lados de la camilla.- Thaiel por favor –grito. Odiaba esto, odiaba que me atasen, odiaba los hospitales, las enfermeras, enfermeros, médicos y todo lo que esté relacionado a ello. Quería irme, necesitaba irme. Si fuera posible me iría ahora caminando a mi casa o a cualquier lado sin importar nada.

Ni siquiera había dicho una frase completa como para que se enojara. ¿Qué le pasa? ¿No puede ser por lo menos un poco normal? ¿No puede analizar un poco las palabras antes de enojarse? Porque eso parece, que no escucha y al no entender lo que uno dice, se enoja. A veces no sé si se hace el estúpido o ya nació así. Probablemente las dos cosas para que aumente su nivel de idiotez. Por suerte no dice nada más, y trato de tranquilizar un poco mi pensamiento. ¿Se supone que tengo que ser amable con él en ese estado, no?

Le veo cara de que no quiere que vuelva, al parecer olvido todo lo que acaba de pasar cuando despertó ¿Quién puede jurar que no puede pasar cuando se vuelva a dormir? Me sensibilizo un poco cuando me dice que también me cuide. ¿Enserio? ¿Soy yo la que tiene que cuidarse? Dios, como se nota que sigo enojada. Mejor que me haga caso y se cuide, que no haga ninguna estupidez como levantarse sin permiso y salir de la habitación.


Cuando entro a la habitación, ya lo escucho hablar. Me tomo unos instantes para entender todo. La habitación esta rara, pero no identifico que es lo cambiado. Luego, cuando me señala sus manos, abro bien los ojos. Grita y cierro la puerta al instante para que nadie escuche. ¿Qué tanto podía haber pasado cuando me fui? Enserio… pensé que me iba a encontrar con algo totalmente normal. A él durmiendo, o algo así. Pero me encuentro que está atado.

-No grites que te van a escuchar y van a venir- digo cuando corro, dejando el bolso a un lado y empiezo a desatarlo con las manos temblorosas. –Por favor ¿podrías explicarme que paso?- lo miro preocupada mientras me vuelvo a sentar en el mismo sillón de antes que esta junto a la camilla. Siento que me duele todo el cuerpo, sé que tengo que descansar pero es imposible. Y ahora me siento peor que antes. Pensé que podía, pero no, no puedo con esto. No puedo mirarlo mientras él esta así, no puedo estar en este hospital porque me deprime, simplemente no puedo vivir la vida con esta familia.

Parece que en cualquier momento voy a llorar, pero lo oculto completamente, aunque me sienta débil y tarde en escuchar, responder o moverme sin antes respirar profundamente un buen tiempo. Es como si de un momento para el otro me hubiera golpeado una tormenta de presión. Apoyo los brazos en la camilla y recuesto mi cabeza en ellos ocultando mis ojos. Ya no aguanto nada, no puedo con esto. No voy a llorar, solo voy a… descansar. Descansar y despertar cuando sienta que todo mejoro para mí. Si es posible, voy a estar días y días sin hacer nada, hasta que termine de pensar, hasta que termine de sufrir y diga “Esto ya no es para mí”. Pero por el momento, no voy a hacer nada que yo no quiera.

Estar así, atado, me hacía replantear lo que había hecho. En sí me merecía todo esto, y a la vez no. No merecía esta atado, sólo quería irme, quería llorar y desahogarme. Todo lo demás que ocurrió me lo merecía, lo reconozco, merecía estar en coma, tirado en una camilla y demás. Lo único que no merecía era la compañía de Thaiel. No después de todo lo que pasó en el último tiempo. Ella fue la única que estuvo acá sin importar nada, porque quería, porque soy su hermano al fin y al cabo, por más que la trate tan mal como siempre hago. No sé si yo haría lo mismo si las cosas fueran al revés. Lo sé, soy el peor hermano del mundo.

Estaba desesperado por verla, ella era la única que vendría y que podría ayudarme, y que estaba de mi lado por supuesto. Uno se da cuenta de quienes te apoyarán siempre en los momentos difíciles. Ni siquiera podía contar con mis padres porque seguro ni les gusta venir a verme, y tampoco quieren saber si estoy bien o no, por más que Thaiel diga que están alterados y que hay problemas en casa, se que no quieren verme. Ni siquiera sé si alguno de mis amigos vino. Solo Thaiel. Respiro profundamente cuando me habla y asiento. Lo último quería ahora era otra inyección.

Cuando siento mis manos libres las masajeo al igual que a mis muñecas.- Es que.. Estaba mal por.. Ya sabes, lo que dijo el médico.. -suspiré.- Vino la enfermera y le dije que no quería comer, que quería estar solo.. -hice una pequeña pausa.- Me molesté, tiré la comida, tiré el carrito, comencé a golpear cosas.. Me inyectaron no sé que y desperté unos minutos antes de que llegaras -sonreí inocentemente. No pensaba decirle la verdad, al menos no toda. No quería pasar más vergüenza frente a ella, suficiente con todo lo que dijo el médico. Lo que pasó es algo privado, mío. Y le voy a decir a la enfermera que más le vale que guarde el secreto.

Ella oculta sus ojos cuando apoya sus codos en la camilla. Esto hace que me sienta un asco. La única persona que realmente se preocupa por mí y está mal. Acaricio lentamente su espalda, tratando de darle apoyo.- Perdón, no tenías por qué venir.. Sabes que lo único que doy son problemas.. -tomé su rostro con delicadeza e hice que me mire.- No tenes por qué estar acá si no queres, no te hagas responsable de mí y de las consecuencias de mis actos.. -le solté el rostro, suspiré y me volví a recostar con la vista fija en el techo.- Igual.. Gracias por acompañarme en esto.. -susurré.

Le veo las muñecas y me agarra un escalofrió. Lo escucho explicarme la anécdota que tuvo cuando me fui del hospital, y me quedo algo… impresionada, si se puede decir de alguna manera. Lo que tuvo ¿se puede explicar como un ataque de nervios? Porque lo parece. Tengo otro escalofrió cuando dice que le inyectaron algo, “algún sedante” probablemente. Frunzo el ceño, en realidad no podrían hacer eso sin el consentimiento de nadie, tal vez hablaría de eso luego en la recepción. No puedo evitar sacar una pequeña sonrisa cuando él sonríe inocentemente, como si fuera un niño tratando de decir “Yo no hice nada”.

-Entiendo… entiendo- digo normalmente sin meterme mucho en el tema. Tal vez me esté ocultando algo, tal vez no, y no me importa porque no es mi asunto. Que ironía la mía, yo que siempre soy tan curiosa y que siempre trato de resolver todo… en fin ¿Había dicho que no iba a hacer algo que yo no quiera? Esto también cuenta. Regla número uno “No meterse más en líos ajenos”.

Siento un leve cosquilleo en la espalda cuando apoyo los codos en la camilla y me tapo los ojos. Luego me doy cuenta que es Niall que me está acariciando. Dios no, no quiero que se “sienta mal” por lo que puedo estar sintiendo yo ahora mismo –Ya se Niall, ya se…- respondo cuando me dice que no tenía por qué venir. Lo miro a los ojos cuando me toma del rostro y trato de sonreírle por lo menos un poco, solo un poco. –Estoy acá porque…- no doy respuesta, no termino la frase, porque no tengo, no sé qué mierda decir realmente y eso me hace quedar algo mal. –No agradezcas, no tenes porqué- me encojo de hombros levemente.

Lo miro mientras él esta recostado mirando al techo, y no puedo dejar de pensar, otra vez, por qué estoy acá. Me levanto un poco y me acerco a su oído. Me quedo unos segundos sin decir palabra alguna, suspiro y después empiezo a susurrarle como si estuviera contándole el mayor secreto oscuro que alguien podría tener.

-Estoy acá haciéndome responsable de todo, aunque no debería, porque no puedo olvidar.- explicó sin más. Luego tomo aire –No puedo olvidar como fuimos alguna vez. Y aunque hayamos cambiado, seguimos siendo los mismos de alguna manera, las mismas personas en los mismos cuerpos- cierro los ojos y vuelvo a respirar profundamente –Te acompaño porque te quiero… y quiero a ese nosotros que había antes de que todos los problemas que aparecieron nos cambiaran- me alejo un poco volviéndome a sentar en mi lugar. Estoy nerviosa, sí, porque se me hace difícil admitir todo este tipo de cosas. Tomo su mano y la entrelazo con la mía, como si estuviera diciéndole que me mire y me responda algo. –Y eso fue un poco… cursi- comento riendo aun nerviosa.

Necesitaba a alguien. Alguien de confianza. A uno de mis mejores amigos, tenía que descargar todo lo que sentía. La rabia, la impotencia, todo. Me estoy alterando, estoy perdiendo la cabeza. Odio los hospitales. Odio ver tanto blanco. Mi hermana estaba acá, me ayudaba pero no era suficiente. Cuando me sonríe levemente no puedo evitar sonreír aún más. Por lo menos se había ahorrado las preguntas de chusma y metida. Sabe que le dije lo suficiente y es mejor que no pregunte, vamos mejorando con nuestro trato de "evitar las peleas". Vamos progresando.

Sentí un escalofrío leve cuando acaricié levemente mi espalda. ¿Qué fue eso? No lo sé, pero no me gustaba en lo absoluto. Cuando la tomo del rostro y logro que me mire.. Nunca me había detenido a captar lo lindos que eran. Borré esos pensamientos y alcé una ceja cuando no encontró explicación de porqué estaba conmigo en el mugroso hospital. 

¿Qué me pasa? Eso comencé a preguntarme desde el momento en que Thaiel entró y me ayudó. Estaba raro, anormal, sin ningún motivo. Era algo más allá del enojo con los médicos, la frustración de mi estado pero.. No sabía qué era. Cuando se acerca a mí la miro con el ceño fruncido, ¿y a ésta que le pico? Estaba más rara que yo. Me muerdo el labio cuando habla, frunciendo cada vez más el ceño. Paso mi lengua por mi labio inferior sin saber que decir, ni hacer. Me había sentido algo nervioso con su cercanía por más que no lo pareciera.

- No creo que haya sido cursi.. -comenté, tomándome mi tiempo para decir cada palabra. Sin dudas demostraba lo raro que me resultaba el asunto.- Pero.. -me mordí el labio de nuevo.- ¿Qué quieres que haga? ¿Qué quieres que sea? Ambos cambiamos.. Los problemas nos cambiaron y jamás volveremos a ser los de antes.. -la miré a los ojos unos segundos. Ya no sabía que decirle, miré sus labios y fruncí el ceño. Quería besarlos. Me pegué mentalmente por tener pensamientos tan estúpidos. Definitivamente haber estado en coma me había afectado más de lo normal.- Podemos llevarnos bien pero.. Nada es lo mismo ya Thai.. -susurré. Inconscientemente mi mano acaricia su mejilla levemente, cuando me doy cuenta de ello parpadeo varias veces y retiro mi mano.- Lo siento -murmuré casi inaudible. Realmente me afecto el coma.

De alguna forma me siento incomoda, con el toque en la espalda, cuando me toma del rostro, cuando me ve a los ojos… me siento incomoda porque me gusta, y eso está mal. No debería sentirme así, por lo que le echo la culpa a que estaba lo bastante asustada por el coma de él, y ahora que parece con un poco más de vida… debe ser por eso que me siento así, no puede haber otra explicación.

El problema es que cuando estoy cerca de él me pongo de la misma forma, así que ahora intento estar más alejada. Me agarro del apoyabrazos de donde estoy sentada y lo miro responderme. Al instante sé que tengo todas esas mismas preguntas, que no tienen respuesta. ¿Qué le respondería? Porque no puedo simplemente decirle que yo debería ser menos preocupada y él más infantil como para volver a ser los de antes, era tarde y ya habíamos cambiado mucho.

Apoyo la espalda en la silla y clavo la vista en la pared, pensando –No se puede hacer nada- murmuro –Porque lamentablemente cambiamos y no se puede retroceder para arreglar las cosas, para hacer que nada de lo que haya sucedido pase, porque eso es lo que más querría ¿No crees?- lo miro –Que las cosas que pasaron no hayan pasado- suspiro –Y tal vez sea más fácil olvidar todo… pero tampoco se puede, no tan fácilmente- estoy hablando más para mí misma que para él.

Por un momento creo que me está mirando los labios, e instintivamente me los muerdo. En este mismo momento no me gusta que me mire, ni de esa manera. Sé que tengo la cara roja porque tengo la piel caliente, como si tuviera fiebre, y de un momento al otro él me está acariciando la mejilla, no quiero que me toque cuando estoy de esa forma, pero no hago nada para moverme. Me suelto el labio y cierro los ojos, pero al instante él aparta la mano y me pide disculpas que apenas escucho.

-No pasa nada- le susurro y niego con la cabeza, abriendo los ojos. Apoyo el codo en la cama y la barbilla en la mano, mirándolo un rato. Tengo que pasar cada cosa o pregunta que quiero decir por un filtro, porque no sé cómo se lo tomará en esta situación. –Niall- lo llamo -¿Necesitas algo?- pregunto porque nunca pide nada -¿Necesitas que llame a alguien para que te venga a visitar? Digo… supongo que queres hablar con alguien…- murmuro lo último. Sé que necesita hablar con alguien, y me hace sentir un poco mal que no me lo pueda decir a mí, pero está bien porque yo tampoco podía hablar con él en su momento.

Todavía no encontraba una explicación lógica de porqué se acercó a mí, no era necesario. Me puso más que nervioso, no sé que asimilar de ello.- A veces es necesario que ciertas cosas pasen para que nos demos cuenta de la realidad, que salgamos de las burbujas en las que vivimos y darnos cuenta de que nada es bonito.. Y a veces es mejor no olvidarlas, porque ellas nos hicieron mejores personas, o más fuertes o nos enseñaron alguna lección.. –esa fue la reflexión más bonita que había hecho en toda mi vida. Y sí, no se lo decía a ella, me lo decía a mi mismo.

Era un estúpido. Bueno, más de lo normal. Luego tendría que buscar por algún lado las consecuencias del coma y del coma etílico. Lo único que logré fue ponernos incómodos a los dos. Pero es cierto. Quería besarla y me encantó acariciar su mejilla. El pensamiento me da completo asco, no me gusta, es solo que.. No lo sé.

Frunzo levemente el ceño ante su pregunta y asiento, empujando los pensamientos anteriores.- Sí.. Me.. Me encantaría hablar con Thom.. O mejor Max.. Cualquiera de los dos.. Pero si quieres es mejor mañana.. Así no te molestamos.. -¿Qué? ¿Qué es esa respuesta? ¿Dónde quedó el llámalos ya y quédate esperando afuera hasta que terminemos de hablar? ¿Qué me está pasando? Tal vez estoy entrando en razón y estoy cumpliendo mis promesas.

Acaricio su cabello.- Thai.. –susurro.- Tienes que descansar.. Suficiente por hoy.. Mereces un descanso de toda la mierda en general.. –suspiro.- Y la mierda que traje cayendo en coma.. –sentía pena. Me sentía completamente mal por todo lo que había causado solo con tomar más de lo normal. Me sentía mal porque mis padres no estaban aquí, era ella. La admiraba por eso, porque sí, necesito compañía en este momento, pero era injusto, ella no se lo merecía.

Lo escucho pero no respondo, no había nada que decir, no era necesario responder que seguro yo era la misma mierda de antes con la diferencia que quiero estar recostada en la cama todo el día llorando, que no me hice mejor persona y seguro no aprendí ninguna lección con todo lo que pasó. No era necesario que Niall sepa que pienso eso. –Si queres los llamo mañana antes de que empiece la hora de visitas, no estoy segura de que los dejen pasar ahora- y probablemente también vendrían nuestros padres mañana, aunque no tenía ganas de verlos, ya no me siento cómoda y protegida con ellos.

Niego y evito pensar en su mano en mi pelo –No voy a poder descansar en esta silla, y hace días que ni puedo dormir en mi cama- explico –Puedo vivir con esto, puedo vivir así- susurro y lo miro –Ya estábamos mal desde antes, lo del coma no fue nada- en realidad se me cerraban los ojos del cansancio, me paso las manos por la cara para despertarme,  quería dormir pero cuando estaba así de angustiada las pesadillas se volvían peores. Tenía que hacer algo para no caer desmayada, tendría que tomar un café cuando él se quede dormido y leer algo el resto de la noche.

Asiento levemente ante sus palabras. Quería ver a mis amigos, tenía una gran nube en la cabeza, me acuerdo apenas lo primero que hice cuando llegué a la fiesta. Ellos tal vez se acuerden y hacemos lo de siempre: intercambiar información para saber qué paso.- Está bien.. No te preocupes.. -suspiro y frunzo los labios. La miro a los ojos y sé que estoy decidido.- Prohíbeles la entrada a mamá y papá.. -digo firme, con la voz aún un poco ronca. No quería que me vieran así, y al mismo tiempo, no quería verlos porque se supone que ellos son los que tendrían que estar acá, cuidándome. Y no es rencor, estoy molesto solamente. Pero de todas formas no se va a borrar de mi memoria tan fácilmente.

Frunzo el ceño cuando habla. ¿Esto es en serio? Espero que sea broma. Se va a caer desmayada en cualquier momento. Niego con la cabeza varias veces.- No, no, no, no Thaiel no.. Necesitas dormir, no podes vivir así.. ¿Qué decís? -miro a mi alrededor, mordiendo mi labio. Tenía que pensar en algo, lo que sea.- Duerme conmigo.. -solté sin pensar. Eso sería.. como volver a cuando éramos chicos, volver a parecer lo que éramos antes.- No importa si estamos mal o no.. Estamos tratando de mejorar, ¿no? Eso fue lo que dijimos.. -me muevo como puedo, dándole más espacio del que ella necesita.- Es grande la camilla.. Quiero que descanses.. -susurro. Ya no me pensaba mover, estaba cómodo y no me iba a dormir hasta que ella estuviera dormida en la camilla.

No sé cómo iba a hacer para prohibirles la entrada a mamá y papá, porque él sigue siendo menor de edad y en realidad, si ellos quieren sacarlo del hospital antes de tiempo, pueden hacerlo. Pero lo intentaría, entiendo a Niall, si estuviera en su misma situación estaría pensando igual. –Está bien- respondo, sin preguntarle si está seguro, sin decirle que lo debería reconsiderar. Nada lo iba a hacer cambiar de opinión.

¿Dormir con él? ¿Está loco? Niego y lo miro –No, Niall, hoy despertaste de un coma, tenes que descansar, no me voy a acostar- se mueve e intento agarrarlo del brazo para que se quede quieto, pero lo hace más rápido que yo y ya tengo lugar en la camilla. No quiero que haga esto por mí, pero sigue insistiendo -¿No vas a parar hasta que te diga que sí, verdad?- murmuro y suspiro. Como siempre, termino cediendo y me meto bajo las sabanas con cuidado, sacándome las zapatillas a la vez. Me acuesto, apoyando la cabeza en la almohada, dejándole el mayor lugar posible. En cualquier momento caería rendida, pero no era ese el problema, el problema era que me despertaba en mitad de la noche por alguna pesadilla y me costaba volver a dormir, y así se repetía una y otra vez.

¿Ella realmente quería llevar a cabo mi petición? No lo sé. Lo que sí sé es que va a ser muy difícil mantenerlos lejos de mí, pero no estoy muy bien psicológicamente para tolerar el intento de voz preocupada de mamá cuando vea a su 'bebé'. Y prefiero evitar a papá, si estoy encerrado acá va a hablar conmigo, cuando esté fuera ya nunca podrá hablar, y mamá tampoco. Muy inteligente lo mío, ¿no?

Ruedo los ojos cuando me habla. Desperté de un coma, no estoy con una infección contagiosa ni nada de eso, no necesito reposo, descansé bastante ya. Le diría todo eso pero a lo único que nos llevaría es a la pelea y no es algo que me gustaría ahora. Sonrío débilmente y niego. ¿Que si soy terco? Tal vez, solo tal vez, un poco. Me sentí bien cuando por fin se acostó. Había observado cada uno de sus movimientos, realmente no sé qué me pasa, es extraño... pero agradable. Me tiro con suavidad encima de ella y la abrazo.- Gracias.. -susurro.- A veces es más que buena tu compañía, es mucho mejor que la de muchísima gente, ¿sabes? Es muy pacífico, me gusta.. -agregué y la solté, acomodándome mejor. Todo esto era un poco incómodo. Bostecé, abriendo mi boca a más no poder, parecía una morsa.- No quiero dormir.. -me quejé pero mis ojos se estaban cerrando y empezaría a cabecear en cualquier momento, pero mi cabeza dice que debo mantenerme despierto, pero no tengo sin ningún motivo específico.

Frunzo el ceño y lentamente le voy correspondiendo el abrazo. Esto era demasiado… raro ¿Cuándo había sido la última vez que Niall me había abrazado? Le acaricio levemente la espalda y sonrío al escucharlo. Si, el coma parece que le había afectado mucho. Me suelta y lo miro, no sé qué responder, así que solo le sonrío con cariño y le acaricio la mejilla, como había hecho él antes, y le quito un par de mechones de pelo que le caen por la frente con cuidado. Me empiezo a sentir incomoda, alejo la mano, sin apurarme para que él no se dé cuenta de cómo me siento y suspiro.

-¿Seguro? Me parece que tenes sueño- me río, con el bostezo que se había mandado no estaría despierto ni en media hora. Vuelvo a suspirar de cansancio –Yo tampoco quiero dormir…- murmuro. Me muevo para recostarme de mi lado derecho y, por instinto, paso un brazo por la cintura de él, abrazándolo. Como cuando éramos chicos y dormíamos juntos. Cierro los ojos unos segundos –Nunca creí que volvería a dormir en un hospital- me vuelvo a reír. La última vez había sido una semana después de que todos se enteraran lo que me había pasado… mis padres decidieron internarme unos días, y obviamente había sido en la zona de psiquiatría aunque me hacían más exámenes de salud física que otra cosa. La zona de psiquiatría por las noches eran de terror, nada comparado a esto.

Le acaricio el pelo para que se duerma y no sé qué responder cuando dice que no debería estar aquí. No estoy segura si lo dice porque en realidad mamá o papá deberían estar en mi lugar, o porque se está echando la culpa por el coma, porque claramente si no hubiera pasado esto ni siquiera tendríamos que haber pisado el hospital en un largo tiempo, tal vez era la mezcla de los dos. –Ya hablamos de esto…- susurro –No me molesta tener una noche más en un hospital, Niall- le sigo acariciando el pelo tranquilamente, concentrándome en eso. Me agrada la sensación de tenerlo tan cerca, aunque no me gusta sentirme así, es todo tan extraño, intento disfrutar el momento porque mañana ya tendría tiempo de pensar en cómo me siento, ahora estoy tan cansada que en cualquier momento voy a olvidar como se respira.

Cierro los ojos cuando me besa la frente y río con su comentario –Esas fiestas no son lo mío, pero podría intentar ir a alguna- vuelvo a reír. Con eso ya me estaba imaginando que él no iba a cambiar, me lo tenía que suponer, me preocupaba obviamente, me preocupaba pasar la misma situación otra vez y tener que cuidar de él nuevamente. Sonrío abrazándolo un poco más, dejándome abrazar tanto como él quiera. Dejo de pensar cuando siento que ya no se mueve, su respiración es tranquila y sé que está dormido. Probablemente me dormí en ese momento, ninguna pesadilla apareció esta noche.